Autor: Dra. Marcela Bizama Muñoz
Filiación: Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile
La comprensión lectora es un proceso complejo y multidimensional, el cual requiere -entre otros- que los niños lean con precisión las palabras del texto. Dada la complejidad del proceso de comprensión lectora, no es raro que algunos niños en etapa escolar presenten dificultades de aprendizaje en esta área. Por esta razón, la investigación sobre comprensión lectora ha puesto atención en aquellos individuos que constantemente luchan con la comprensión, referidos en la literatura especializada como “pobres comprendedores”. Estudiar cómo estos lectores difieren de los comprendedores típicos contribuye a entender mejor la naturaleza de los procesos de comprensión, las causas de las fallas de comprensión y la estabilidad de los trastornos de comprensión lectora. Al respecto, este grupo de estudiantes con dificultades de aprendizaje de la lectura, a diferencia de los sujetos con dislexia, no presenta dificultades en la conversión fonema-grafema, necesaria para el proceso de decodificación de la lectura, sino que específicamente en la comprensión de lo leído. Sin embargo, es necesario indagar más en la lectura precisa de palabras en textos y considerar otras equivocaciones que cometen los niños y que afectan la lectura de palabras completas y de frases. En este estudio se analizan los diferentes errores y dificultades que afectan la precisión y la continuidad de la lectura en voz alta de textos en una muestra escolares de 4to año básico de dos regiones de Chile. Participaron inicialmente 216 escolares de cinco establecimientos diferentes, previo consentimiento informado de sus padres o tutores legales. En primer lugar, se les aplicó el test Raven para seleccionar a quienes presentaran un desarrollo intelectual acorde a la edad (9-10 años). Posteriormente, se les evaluó la comprensión de lectura a través de la Prueba de Comprensión Lingüística Progresiva (CLP), la lectura de palabras y pseudopalabras mediante el subtest de la Batería PROLEC-R y la fluidez de la lectura oral, con la aplicación de la Escala de Fluidez Lectora en Español (EFLE). El texto empleado fue una fábula de 215 palabras, seleccionada del libro escolar de Lenguaje. La clasificación de los errores y fallos de lectura se realizó con una pauta adaptada por el equipo de investigación y sometida a validación por juicio experto. Posteriormente se conformaron 3 grupos con diferente desempeño en comprensión de lectura pero con buen desempeño en el subtest del PROLEC-R, los que sumaron una submuestra de 188 participantes, distribuida de la siguiente forma: 37 niños ubicados entre los percentiles 10 – 30 (pobres comprendedores); 46 niños ubicados entre los percentiles 40 – 60 (comprendedores normotípicos) y 102 niños de los percentiles más altos (buenos comprendedores). Al examinar los tipos de errores más frecuentes, se encontró que las autocorrecciones, las omisiones de sonidos de letras o de sílabas, las disociaciones y las repeticiones de palabras son los errores más frecuentes en los tres grupos. En cambio, los menos presentes son los saltos de líneas, las confusiones de letras por proximidad espacial y las inversiones. Al comparar entre los grupos, se encontraron diferencias significativas en agregado de palabras, sustituciones, saltos de líneas, y confusión de letras que representan fonemas que comparten rasgos. En todos los casos, el grupo de mejor desempeño en comprensión lectora se diferencia significativamente del grupo de bajos comprendedores. En el grupo ubicado entre los percentiles 40-60, por su parte, las diferencias no alcanzan a ser significativas. Por último, el análisis arrojó que las distorsiones eran en el tipo de error que tenía un mayor efecto sobre la comprensión, el que sumado a las autocorrecciones, saltos de línea y prolongaciones silábicas alcanzan a explicar un 21% de la variación en comprensión lectora encontrada en la muestra. Los resultados sugieren que la precisión lectora aún se encuentra en desarrollo en los participantes, a pesar de ya haber pasado por la etapa de lectoescritura inicial. En efecto, llama la atención la alta ocurrencia de errores y fallos de continuidad en su lectura, habiendo rendido normalmente en la lectura de palabras y de pseudopalabras. En el caso de los niños con un desempeño en comprensión normotípico, resulta preocupante que no presenten diferencias significativas con el grupo de pobres comprendedores, pues de no mejorar su precisión al leer textos, su comprensión podría limitarse, especialmente la de los niños que se ubicaron en el percentil 40. Por su parte, los buenos comprendedores también necesitan seguir practicando su lectura en voz alta para no fallar; no obstante, es probable que aun equivocándose logren comprender mejor gracias a un mejor desarrollo otras habilidades involucradas en el proceso.
