A partir del planteo de Área del Congreso, se plantea la cuestión teórica y creativa de un Taller literario.
Problema o Cuestión: los Talleres literarios cabalgan entre el desarrollo de la creación literaria (práctica) y la información técnica que necesita el/la creadora que acude a ellos, a fin de evolucionar en sus procesos creativos (teoría). Así, portan un equilibrio muy sinuoso cuando se trata de dosificar la formación literaria del tallerista con su capacidad creativa en el ejercicio de la escritura. Esa dosificación y coordinación de teoría y práctica, de lo académico y lo creativo, resulta problemática cuando el/la coordinadora de Taller literario: 1) abruma al tallerista con teoría literaria (técnicas, recursos, ejemplos de otros autores/as, corrección exhaustiva de sus escrituras parciales, etc) que lo alejan de la lectura y de su propia escritura y 2) abruma al tallerista con consignas y/o ejercicios de creación innecesarias y distractivas para su propia voz o su creatividad personal. El resultado es el mismo: el tallerista se inhibe en su proceso de escritura personal o escribe imitaciones de otros autores, dudando del árbol de sus palabras.
Nuestro objetivo es encontrar el equilibrio justo para que CADA tallerista encuentre su estilo en la escritura, y en la lectura que lo nutra e incentive a mejorar su creatividad particular.
La metodología aplicada consiste en invertir y/o desplazar la mirada. Así, los Talleres literarios parten del TEXTO (y de los sucesivos textos constituyentes del Proceso Creativo) como protagonista, ya que es el que guarda infinita información en cada frase escrita, a veces, a “escondidas” de su propio/a creador/a. Allí están inscriptos los intereses, inclinaciones y caminos a seguir por la coordinación, para orientar la lectura y la escritura del/la tallerista.
Resultados: 1) el tallerista no viene a los encuentros como Sujeto de producción (se le quita esa exigencia), sino como Objeto (o Canal) de su mensaje, de su discurso -el texto-, el protagonista, 2) la coordinación de Taller resulta sólo una observadora, una escucha ATENTA, que aplica sus conocimientos teórico-técnicos de escritura (lectura y corrección) al despliegue creativo del/los texto/s traídos por el tallerista.
Conclusión: 1) el Taller literario promueve la Voz (el Pluriverso de Palabras) que trae el tallerista consigo, y sus sentipensares o relatos que viene a decir en sus textos, e incentiva la lectura/escucha de otras Voces, otros autores, 2) el tallerista, a su vez, se hace mejor lector de su escritura y de otros autores, lo que redunda en una ampliación y autocorrección de su árbol de palabras y 3) la coordinación de Taller dosifica sus conocimientos técnicos siguiendo el proceso creativo del tallerista.
Así, el Taller Literario resulta un espacio armonioso, en donde los protagonismos no pertenecen ni a su coordinación ni a sus talleristas, sino al equilibrio que logra el TEXTO desde sus peculiaridades e inquietudes. (492 palabras).
Silvana Boggiano.